Un último deseo-

Encontrar a mi marido, mi mejor amigo, sólo tenía meses para vivir fue devastador. Sentarse bajo el cielo lleno de estrellas, escuchar su deseo de estrella tras estrella, noche tras noche, casi me mató. Nunca deseaba mejorar. Él deseó que yo fuera feliz. Él deseó que yo encontrara la fuerza para seguir adelante. Le dije que sus deseos eran inútiles, porque la felicidad no existiría sin él. Descubrí poco después de que falleció que estaba embarazada. Pero no tenía ni idea de que su deseo final me traería algo que nunca pensé que encontraría de nuevo.