Foto fija-

La madre de Jess Waterford es malvada. Desde que despegó hace siete años, días después del noveno cumpleaños de Jess, sin despedirse, Jess siempre se ha preguntado qué le pasó. Y a pesar del final del abuso mental y físico de su madre, los recuerdos y las cicatrices aún permanecen. Jess oculta su dolor al practicar su fotografía y al pasar todo el tiempo que su padre le permita con su novio estrella de béisbol, Brody Campbell. Decidida a utilizar su nueva cámara, Jess se sumerge en fotografiar todo lo que está a la vista. Pero periódicamente las impresiones resultantes son imperfectas, muy levemente: una mancha en el tronco de un árbol; una mancha en la ventana del autobús. Sin embargo, estas imperfecciones no son tan aleatorias como parecen, y Brody y Jess pronto descubren que cada una de estas imágenes se combinan para formar otra imagen: la imagen espeluznante de una escena de asesinato, con la madre de Jess como víctima. A medida que la nueva fotografía toma forma, el deseo de Jess de completarla la consume, y la salud de Brody comienza a deteriorarse. Dividida entre su búsqueda para revelar al asesino de su madre y su continua preocupación por la salud fallida de Brody, Jess finalmente encuentra la última pieza del rompecabezas, y la respuesta envía a su mundo en espiral a profundidades de las que nunca podrá recuperarse.