El Jarama-

Una vez que los madrileños deciden pasar un caluroso domingo de agosto a orillas del Jarama. A partir de ahí la acción se desarrolla simultáneamente en la taberna de Mauricio -donde los habituales parroquianos beben, discuten y juegan a las cartas y en una arboleda orillas del río en la que se instalan los excursionistas. Durante dieciséis horas se suceden los baños, los escozores provocados por el sol, las paellas los primeros escarceos eróticos y el rescate ante el tiempo que huye haciendo en la amenaza de los lunes. Al acabar el día, un acontecimiento inesperado colma la jornada de honda poesía y dota a la novela de una extraña grandeza.